martes, 27 de junio de 2017
Perdonar Restaura el alma
Hoy pido perdón a todas aquellas personas que, consciente o inconscientemente, herí con mis palabras o mis actos.
Pido perdón a quienes sé que nunca me concederán la posibilidad de hablar con ellos para disculparme ni, mucho menos, me perdonarán. Aunque nunca me concedan la palabra, es importante que reconozca para mí que fallé.
Pido perdón sin ánimo de ir de víctima ni de pobrecito. Busco, desde la humildad, reconocer mis fallos sin querer dar pena.
Pido perdón sin esperar nada a cambio; que las cosas vuelvan a ser como antes o recuperar la amistad perdida. Todo requiere su tiempo.
Pido perdón sin enjuiciarme ni “machacarme” a mí misma. Aunque me sienta triste por haber actuado mal, no significa que valga menos como persona.
Incluso pido perdon a aquellas personas que no me conocen , pero que alguna vez pense de manera erronea contra ellas .
Pido perdón, no para tranquilizar mi conciencia sino para, desde mi arrepentimiento, perdonarme también a mí misma.
Pido perdón para intentar vivir la vida con más consciencia y aprender de mis errores.
Pero, aunque no reciba tu perdón, puedo dármelo a mí misma. No puedo ser esclava de viejas heridas que nunca curan.
Porque si no me perdono a mí misma acabaré no perdonando a los demás.
Porque si no puedo ser comprensivo conmigo mismo acabaré viviendo con resentimiento hacia los demás.
De la misma forma que me perdono también perdono a los demás. Puede que lo que sufrí me duela durante mucho tiempo, pero prefiero no engancharme en un odio que nunca termina.
Porque es desde el perdón como se construye y me libero de viejas ataduras.
El que perdona la ofensa cultiva el amor;
el que insiste en la ofensa divide a los amigos.
Proverbios 17:9
by.zuleidy sosa
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